martes, 18 de noviembre de 2008

PETER F. DRUCKER, JERARQUIA E IGUALDAD

UNO OYE HABLAR MUCHO DEL “FIN DE LA JERARQUIA”. ES UN FLAGRANTE DISPARATE.

Atacar la sociedad industrial, como lo haría el igualitarista sentimental, porque esta basada en la subordinación y no en una igualdad formal, implica entender mal la naturaleza de la industria y de la sociedad. Como cualquiera otra institución que coordina esfuerzos humanos hacia un fin social, la corporación industrial debe organizarse sobre líneas jerárquicas, pero, también, todo el mundo, desde el jefe mas alto hasta el barrendero, debe ser considerado igualmente necesario para el éxito de la empresa común. Al mismo tiempo, la gran corporación debe ofrecer iguales oportunidades para avanzar. Esta es sencillamente la demanda tradicional de la justicia, una consecuencia del concepto cristiano de la dignidad humana.
La demanda de igualdad de oportunidades no es, como erróneamente se supone con frecuencia, una exigencia de igualdad absoluta de compensaciones. Por el contrario, la igualdad de oportunidades supone, automáticamente, una desigualdad de recompensas, porque el propio concepto de justicia implica que las recompensas se gradúen conforme a un desempeño desigual y una responsabilidad de desigual.
ACTIVIDAD SUGERIDA: Valora su organización la contribución del jefe y la del barrendero, o solo la del jefe?

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