jueves, 30 de abril de 2009

Declaración de la Directora General de la OMS

Señoras y señores:
Sobre la base de la evaluación de todas las informaciones disponibles, y después de realizar varias consultas con expertos, he decidido elevar el nivel de alerta de pandemia de gripe desde la actual fase 4 a la fase 5.
Es necesario tomarse muy en serio las pandemias de gripe precisamente por la capacidad que tienen para propagarse con rapidez a todos los países del mundo.
Un aspecto positivo es que ahora el mundo está mejor preparado para afrontar una pandemia de gripe que nunca antes a lo largo de la historia.
Las medidas de preparación adoptadas a raíz de la amenaza de la gripe aviar por H5N1 han sido una inversión, y ahora estamos obteniendo los beneficios.
Por primera vez en la historia podemos seguir la evolución de una pandemia en tiempo real.
Doy las gracias a los países que están poniendo los resultados de sus investigaciones a disposición del público. Ello nos facilita la comprensión de la enfermedad.
Estoy impresionada por la labor que están realizando los países afectados al afrontar los brotes en curso.
Asimismo, quiero dar las gracias a los Gobiernos de los Estados Unidos y del Canadá por el apoyo que prestan a la OMS, y a México.
Permítanme recordarles que, por definición, las enfermedades nuevas se conocen mal. Es notorio que los virus de la gripe mutan rápidamente y se comportan de forma impredecible.
La OMS y las autoridades sanitarias de los países afectados no tendrán todas las respuestas inmediatamente, pero las obtendremos.
La OMS seguirá de cerca la pandemia a escala epidemiológica, clínica y virológica.
Los resultados de esas evaluaciones continuas se publicarán en forma de asesoramiento en materia de salud pública, y se pondrán a disposición general.
Todos los países deberían activar de inmediato sus planes de preparación para una pandemia. Los países deberían mantenerse en alerta ante posibles brotes inusuales de síndromes gripales y de neumonías graves.
En estos momentos, las medidas eficaces y esenciales son la elevación de la vigilancia, la detección y el tratamiento precoces, y el control de la infección en todos los centros de salud.
El paso a una fase superior de la alerta es una señal a los gobiernos, los ministerios de salud y a otros ministerios, al sector farmacéutico y al mundo empresarial de que ahora se deberían adoptar determinadas medidas de forma cada vez más urgente, y a un ritmo acelerado.
Me he puesto en contacto con países donantes, con el UNITAID, la alianza GAVI, el Banco Mundial y otras instancias para movilizar recursos.
Me he puesto en contacto con empresas fabricantes de medicamentos antivirales para evaluar la capacidad y todas las opciones para aumentar la producción.
También me he puesto en contacto con fabricantes de vacunas que pueden contribuir a la producción de una vacuna contra la pandemia.
El mayor interrogante ahora mismo es: ¿qué magnitud va a tener la pandemia, en particular ahora en sus inicios?
Es posible que las manifestaciones clínicas de la enfermedad abarquen desde las afecciones leves hasta los casos graves. Hemos de seguir vigilando la evolución de la situación para obtener las informaciones y datos específicos que necesitamos para responder a esa pregunta.

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