Toda organización necesita una disciplina que le permita afrontar la realidad.Todas las organizaciones necesitan saber que, virtualmente, ningún programa o actividad puede hacerse eficazmente durante largo tiempo sin modificación y rediseño. Eventualmente, toda actividad se hace obsoleta. Entre las organizaciones que desconocen este hecho, la que mas peca es el gobierno. En efecto, la incapacidad de dejar de hacer algo es la principal enfermedad del gobierno y una de las mayores razones por las cuales el gobierno de hoy esta enfermo. Los hospitales y las universidad apenas son un poquito mejores que el gobierno en cuanto a eso de desechar el pasado.
Los hombres de negocio son tan sentimentales frente al pasado como los burócratas. Son igualmente proclives a responder al fracaso de un producto, o programa, redoblando los esfuerzos ya invertidos en el. Pero, afortunadamente, no pueden dar rienda suelta a sus predilecciones porque están sujetos a una disciplina objetiva, la disciplina del mercado. Tienen una medida externa objetiva, su rentabilidad, por lo que, tarde o temprano, se ven forzados a desechar lo que ha fracasado o ha sido improductivo. En otras organizaciones –gobierno, hospitales, fuerzas armadas, entre otras-, lo económico es apenas un freno.
Todas las organizaciones deben ser capaces de cambiar. Necesitamos conceptos y medidas que den a otras clases de organización lo que los criterios de mercado y rentabilidad dan a los negocios. Esas pruebas y criterios habrán de ser bien diferentes.
ACTIVIDAD SUGERIDA: asegúrese de que su organización sin ánimo de lucro este sujeta a pruebas y criterios rigurosos que permitan medir su desempeño.
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