LISTIN DIARIO. Washington.- El presidente estadounidense, Barack Obama, descartó que los inmigrantes ilegales puedan beneficiarse de ayudas públicas para pagar su seguro médico, en una entrevista difundida ayer por la cadena hispana Univisión.
“Si (los inmigrantes ilegales) quieren comprar un seguro privado, es un asunto entre ellos y su asegurador privado”, declaró Obama en la entrevista acordada con el programa ‘Al Punto’.
Sin embargo, los indocumentados no deberían tener acceso a una “bolsa” nacional de seguros médicos porque ese mercado “será parte de un plan más amplio que incluye subsidios, y no creo que sea justo para los contribuyentes estadounidenses incluirlos (a los ilegales) en esos subsidios”, explicó Obama.
La bolsa de seguros es uno de los puntos clave de la propuesta demócrata actualmente a debate en el Congreso.
Ese mercado nacional, en el que las aseguradoras podrían proponer a los estadounidenses pólizas médicas sin importar el estado donde residen, sería una novedad histórica en el país.
El presidente estadounidense reconoció que la minoría hispana, con porcentajes más elevados de desempleo que la media nacional, sufre en especial la falta de cobertura médica.
El 34% de los inmigrantes hispanos legales en Estados Unidos carecen de seguro médico en Estados Unidos, según datos de la fundación Kaiser Family. A nivel nacional, el 15% de los estadounidenses, unos 46 millones de personas, carecen de cobertura médica.
Obama aseguró que quiere resolver el problema de la inmigración ilegal para evitar el posible impacto de millones de indocumentados sin posibilidad de pagarse un seguro médico, a pesar de la reforma.
“Me encantaría resolver nuestro problema con la inmigración, pero no puedo resolver todos los problemas al mismo tiempo. El acceso a la salud es un problema que no afecta tan sólo a los estadounidenses, afecta también a los hispanos, que tienen el porcentaje más elevado de falta de acceso al seguro médico”, explicó el presidente.
La reforma migratoria, que Obama no considera posible antes de 2010, “va a ser una dura batalla”, advirtió.
Caso Honduras Por otra parte, Obama dijo ayer que quiere que las partes en pugna en Honduras acepten el Acuerdo de San José, que permitiría el regreso al poder del depuesto presidente Manuel Zelaya y daría más legitimidad a los comicios de noviembre próximo.
En la entrevista con el programa ‘Al Punto’ de Univisión, una de cinco transmitidas ayer en programas dominicales, Obama evadió contestar directamente si su Gobierno reconocerá al ganador de las elecciones presidenciales en Honduras del próximo 29 de noviembre.
“Yo lo que quisiera ver es a las partes respaldar la propuesta de Arias. Yo creo que esto haría que las elecciones próximas serían mucho más legítimas”, manifestó Obama.
El mandatario se refería al Acuerdo de San José, negociado por el presidente de Costa Rica, Oscar Arias, para permitir que Zelaya regrese al poder y complete su mandato hasta enero de 2010.
Zelaya fue depuesto en un golpe de Estado el pasado 28 de junio, y el Gobierno del presidente interino, Roberto Micheletti, se ha mostrado renuente a permitir su regreso pese a las presiones de EEUU, la Organización de Estados Americanos (OEA) y otros países.
La secretaria de Estado, Hillary Clinton, se reunirá mañana con Arias para analizar la evolución de la crisis política en Honduras. El encuentro se llevará a cabo al margen de la Asamblea General de Naciones Unidas, según indicó el Departamento de Estado.
El debut de Obama en la ONU tendrá lugar el miércoles, cuando pronunciará su primer discurso ante los 192 miembros de la Asamblea General en el que expondrá su concepto de la cooperación internacional y llamará a avanzar más allá de las divisiones actuales para abordar los desafíos comunes.
UNA SEMANA CRUCIAL PARA EL PRESIDENTEBarack Obama afronta una semana decisiva para su política exterior, en la que hará su primera visita a la ONU, tratará de dar un nuevo impulso al proceso de paz en Oriente Medio y presidirá la cumbre del G20.
Tras unas semanas centrado en la reforma sanitaria de EEUU, Obama tendrá que pelear asuntos como el cambio climático, la proliferación nuclear o la regulación financiera.
Una atención especial se destinará a las reuniones que mantendrá el martes con el primer ministro israelí, Benyamin Netanyahu, y el presidente palestino, Mahmud Abás, para tratar de relanzar el proceso de paz en Oriente Medio.
Obama se reunirá por separado con cada uno de ellos y después mantendrá una trilateral el martes, en una serie de encuentros de la que no se esperan anuncios pero que en sí misma representa un progreso, apenas cinco meses después del regreso al poder de Netanyahu.