…el espectador ve cosas que ni el actor ni la audiencia notan.Los espectadores no tienen historia propia. Hacen parte de la escena, pero no de la acción. No son ni siquiera audiencia. La suerte del drama y de todos sus actores depende de la audiencia, mientras que la reacción del espectador no tiene efecto sino sobre si mismo.
Pero de pie, tras las bambalinas, como el bombero del teatro, el espectador ve cosas que ni el actor o al de la audiencia. Los espectadores reflejan, y la reflexión es u prisma más que un espejo: refracta.
Presenciar y pensar por cuenta propia es muy loable. Pero “perturbar a la gente gritando extrañas apreciaciones desde el tejado no lo es”. La admonición es bien recibida. Pero yo la he acatado raras veces.
ACTIVIDAD SUGERIDA: Pretenda ser un espectador y piense en lo que debe hacerse en su organización. Luego actúe, a sabiendas que corre el riesgo de perturbar.
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