HOY DIGITAL
Más de 100 mil pacientes que se estima padecen epilepsia carecen de seguridad social y para poder recibir los servicios tienen que asociarse en clubes y otras entidades mutualistas. El tema es poco interesante para los gobiernos y los partidos políticos, así lo expresó el vicepresidente del Instituto contra la Epilepsia, doctor José Domínguez de la Rosa. Aseguró que se trata de una población con muchas necesidades y con una alta tasa de deserción a los tratamientos.
“Nosotros tenemos 27 años pidiendo a los políticos que pongan en su agenda el problema de los epilépticos, un problema de salud que afecta al uno o dos por ciento de la población”, dijo.
El Instituto contra la Epilepsia, en 27 años, cuenta con una matrícula de 28,000 personas que tienen esa condición, pero la cantidad de afectados es mayor, la deserción alta y las estadísticas escasas.
Las dos terceras partes de estos pacientes abandonan el tratamiento y eso complica su situación y la posibilidad de que haya registro de casos.
“La epilepsia se maneja como un síndrome convulsivo, se trata de una especie de corrientazo eléctrico que dura menos de un minuto, pero que baja la estima de la gente que la padece”, explicó el epileptólogo.
Sin embargo, precisa, que todo lo que es convulsión no necesariamente es epilepsia. Es una enfermedad que no tiene cura, pero con la combinación de tres fármacos se puede controlar.
“El problema es que muy pocos pacientes hacen acopio y conciencia de su situación, a muchos incluso se les tiene que hacer grabaciones para que entiendan que padecen de epilepsia”, sostuvo De la Rosa al toca el tema.
Baja estima
Estos pacientes por lo general rechazan su condición y su estado hace que tengan una estima baja. A veces las familias hacen videos con escenas en las que el paciente hace crisis.
Excluidos
El casi naciente sistema de seguridad social excluyó de sus filas no sólo a los epilépticos, sino a otros segmentos de la sociedad con enfermedades similares.
Más de 100 mil pacientes que se estima padecen epilepsia carecen de seguridad social y para poder recibir los servicios tienen que asociarse en clubes y otras entidades mutualistas. El tema es poco interesante para los gobiernos y los partidos políticos, así lo expresó el vicepresidente del Instituto contra la Epilepsia, doctor José Domínguez de la Rosa. Aseguró que se trata de una población con muchas necesidades y con una alta tasa de deserción a los tratamientos.
“Nosotros tenemos 27 años pidiendo a los políticos que pongan en su agenda el problema de los epilépticos, un problema de salud que afecta al uno o dos por ciento de la población”, dijo.
El Instituto contra la Epilepsia, en 27 años, cuenta con una matrícula de 28,000 personas que tienen esa condición, pero la cantidad de afectados es mayor, la deserción alta y las estadísticas escasas.
Las dos terceras partes de estos pacientes abandonan el tratamiento y eso complica su situación y la posibilidad de que haya registro de casos.
“La epilepsia se maneja como un síndrome convulsivo, se trata de una especie de corrientazo eléctrico que dura menos de un minuto, pero que baja la estima de la gente que la padece”, explicó el epileptólogo.
Sin embargo, precisa, que todo lo que es convulsión no necesariamente es epilepsia. Es una enfermedad que no tiene cura, pero con la combinación de tres fármacos se puede controlar.
“El problema es que muy pocos pacientes hacen acopio y conciencia de su situación, a muchos incluso se les tiene que hacer grabaciones para que entiendan que padecen de epilepsia”, sostuvo De la Rosa al toca el tema.
Baja estima
Estos pacientes por lo general rechazan su condición y su estado hace que tengan una estima baja. A veces las familias hacen videos con escenas en las que el paciente hace crisis.
Excluidos
El casi naciente sistema de seguridad social excluyó de sus filas no sólo a los epilépticos, sino a otros segmentos de la sociedad con enfermedades similares.
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