Cuando la
Sangre No Basta: El Desafío de Dirigir una Empresa Familiar
Por Antonio Francisco Rojas
Collado
Las empresas familiares han
sido, históricamente, la espina dorsal de la economía en múltiples sociedades.
Su impacto se extiende más allá de la generación de empleo y la estabilidad
financiera, pues representan valores, tradición y la esencia misma del emprendimiento
a lo largo del tiempo. Sin embargo, detrás del éxito y la longevidad de estas
empresas, existe un entramado de desafíos que amenazan su continuidad. La
sostenibilidad de una empresa familiar no solo depende de su capacidad de
adaptación al mercado, sino también de la manera en que gestiona sus dinámicas
internas.
Un estudio reciente sobre
empresas familiares identificó tres principales factores que afectan su
estabilidad: la falta de definición de roles en los miembros que trabajan en la
compañía, la ausencia de una separación clara entre los sistemas de familia,
empresa y patrimonio, y el complejo proceso de sucesión empresarial. Estas
variables, aunque distintas entre sí, convergen en un mismo punto: la necesidad
de una estructura organizativa sólida y una visión compartida que trascienda
los lazos de sangre.
La Falta
de Definición de Roles: Un Terreno Peligroso
En muchas empresas
familiares, el sentido de pertenencia se confunde con la idea de que todos los
miembros deben tener un puesto en la organización. Este enfoque, lejos de
fortalecer la estructura corporativa, genera conflictos y afecta la eficiencia.
La falta de claridad en las responsabilidades individuales crea duplicidad de
funciones, confusión y, en los peores casos, disputas que afectan el
rendimiento del negocio.
Empresas como Samsung, Ford
y Grupo Bimbo han logrado establecer mecanismos donde el mérito profesional se
impone sobre los lazos familiares. Su éxito radica en la implementación de
políticas de contratación y promoción basadas en competencias, no en el
parentesco. Esta distinción es clave para evitar que la empresa se convierta en
un campo de batalla donde los lazos afectivos interfieran con la toma de
decisiones estratégicas.
Familia,
Empresa y Patrimonio: Un Límite Necesario
El segundo gran obstáculo
radica en la confusión entre los intereses de la familia y los de la empresa.
La línea entre lo personal y lo corporativo se desdibuja cuando no existen
reglas claras que delimiten el patrimonio familiar del capital de la compañía.
Este fenómeno no solo complica la gestión financiera, sino que también puede
derivar en situaciones conflictivas cuando las expectativas individuales chocan
con los objetivos empresariales.
Casos de éxito como el de
la familia Ferrero, dueña de la multinacional de chocolates Ferrero Rocher,
demuestran que una correcta delimitación de estos ámbitos es fundamental. La
familia propietaria mantiene un consejo de administración profesionalizado, en
el que participan expertos externos que garantizan la toma de decisiones
basadas en criterios de negocio y no en dinámicas emocionales.
La
Sucesión Empresarial: El Reto de la Continuidad
Uno de los puntos más
críticos en la vida de una empresa familiar es la transición generacional.
Según estudios del Family Business Institute, solo el 30% de las empresas
familiares logran sobrevivir hasta la segunda generación y apenas el 12% llega
a la tercera. Esto se debe, en gran parte, a la falta de preparación y
planificación para el relevo de liderazgo.
El proceso de sucesión debe
abordarse con antelación, identificando y formando a los futuros líderes con
las competencias necesarias para dirigir la empresa. Un ejemplo emblemático es
el de la familia Agnelli, propietaria de Fiat, donde la sucesión ha sido
cuidadosamente estructurada durante décadas, asegurando una transición ordenada
y estratégica. La clave está en desarrollar planes de sucesión que equilibren
la visión de la nueva generación con la experiencia de quienes han dirigido la
empresa por años.
Un
Llamado a la Reflexión
Las empresas familiares no
son inmunes a los desafíos del mundo corporativo. Creer que la tradición y el
apellido garantizan el éxito es un error que puede poner en peligro décadas de
trabajo. La sostenibilidad de estas empresas requiere conciencia, estrategia y,
sobre todo, la voluntad de aprender de experiencias previas, tanto de casos
exitosos como de fracasos documentados.
El primer paso es reconocer
la importancia de una gestión profesionalizada, la claridad en los roles y la
planificación de la sucesión. Solo así las empresas familiares podrán
trascender en el tiempo y convertirse en verdaderos legados que no solo
pertenezcan a una familia, sino a toda una sociedad que se beneficia de su
permanencia y crecimiento.
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