Empresas
Familiares: El Arte de Tropezar con la Misma Piedra
Por
Antonio Francisco Rojas Collado
Las
empresas familiares han sido, desde tiempos inmemoriales, la base de las
economías locales y globales. Construidas con esfuerzo, sudor y una pizca de
necedad, suelen pasar de generación en generación con el anhelo de perpetuar un
legado. Sin embargo, como en toda gran historia, hay maneras infalibles de
arruinarlo todo. Si su intención es que la empresa de la familia se desmorone
como castillo de naipes, siga estos pasos sin titubear.
1. Contrate a sus hijos como gerentes sin ninguna experiencia
Nada dice
"éxito asegurado" como entregar la dirección de la empresa a la
descendencia sin formación, habilidades o siquiera un interés genuino en el
negocio. ¿Que no sabe distinguir un balance financiero de una lista de compras?
No importa, la sangre pesa más que la competencia.
2. Haga de las reuniones familiares un ring de boxeo
La mejor
manera de tomar decisiones estratégicas es mezclarlas con las tensiones emocionales
acumuladas durante años. No hay nada como discutir la próxima expansión del
negocio mientras se sacan a relucir rencores de la infancia.
3. Decida en base a supersticiones y corazonadas
Los
estudios de mercado están sobrevalorados. Para qué basarse en datos cuando
puede confiar en el horóscopo, en la lectura de las hojas de té o en la
alineación de los planetas. Invierta en nuevos proyectos solo cuando Mercurio
no esté retrógrado.
4. Mezcle las finanzas personales con las de la empresa
Un buen
líder empresarial sabe que la compañía es una extensión de su bolsillo. No dude
en gastar los ingresos en antojos personales: una isla privada en el Caribe o
una estatua de oro macizo en su honor siempre son buenas inversiones
(emocionales, al menos).
5. Ignore a los empleados y a otros miembros de la familia
Si algo
ha quedado claro es que la empresa gira en torno al fundador. Sus empleados y
parientes no necesitan ser escuchados. La toma de decisiones unipersonal es la
clave del liderazgo... o de la tiranía, pero esos son detalles.
6. Mantenga en secreto todo lo relacionado con el negocio
La
información es poder, y el poder debe estar concentrado en una sola persona. No
hay necesidad de que los herederos conozcan los entresijos de la empresa hasta
que sea demasiado tarde y se encuentren tratando de descifrar un sistema de
contabilidad más enredado que un misterio de Agatha Christie.
7. Nunca planifique la sucesión
El
fundador es eterno. No hay por qué preocuparse por quién tomará las riendas
cuando ya no esté. La improvisación siempre ha sido la mejor estrategia para
garantizar la estabilidad a largo plazo. Al menos, eso es lo que dicen quienes
han visto su legado derrumbarse.
8. Fomente el nepotismo descaradamente
Las
empresas familiares deben parecerse a monarquías. No importa el talento ni la
preparación: los lazos de sangre son la única credencial válida para ascender
en la organización.
9. Promueva el favoritismo sin disimulo
El hijo
mayor es el genio, el segundo es el rebelde y el menor simplemente está ahí por
compromiso. Nada mejor para el ambiente laboral que hacer evidente quién es el
favorito y quién tiene que ganarse el pan con el sudor de su frente.
10. Haga negocios con amigos sin establecer reglas claras
Nada
puede salir mal cuando las amistades y los negocios se entrelazan sin contratos
ni términos definidos. Después de todo, la confianza es lo único que se
necesita para gestionar dinero, propiedades y futuros.
Reflexión Final
Por
supuesto, si su intención no es arruinar la empresa familiar, considere hacer
exactamente lo contrario. Las historias de éxito de empresas que han
trascendido generaciones demuestran que la planificación, la transparencia, la
profesionalización y el equilibrio entre lo familiar y lo corporativo son
esenciales.
Las
empresas familiares que prosperan a lo largo del tiempo son aquellas que
reconocen la importancia de la formación continua, la meritocracia y la cultura
organizacional basada en el respeto y la colaboración. La comunicación efectiva
y la creación de un plan de sucesión bien estructurado garantizan la
continuidad del negocio y evitan que el legado se convierta en una fuente de
conflicto.
Más allá
del apellido, lo que realmente define el éxito de una empresa familiar es su
capacidad para adaptarse a los cambios del mercado, fomentar la innovación y
abrir espacio para el crecimiento tanto profesional como personal de sus
integrantes. En este sentido, la clave no es solo transmitir el negocio de
generación en generación, sino también cultivar una mentalidad de liderazgo y
responsabilidad que asegure su permanencia en el tiempo.
De usted
depende si su empresa será un legado o una anécdota de fracaso.
No hay comentarios:
Publicar un comentario